La palabra (yogur) procede del término turco yoðurt, que a su vez deriva del verbo yoðurmak, “mezclar” en referencia al método de preparación del yogur.
Encontramos pruebas del consumo de yogur hace más de 4.500 años. Los antiguos búlgaros emigraron a Europa desde el siglo II estableciéndose definitivamente en los Balcanes a finales del siglo VII. Los primeros yogures fueron probablemente de fermentación espontánea, quizá por la acción de alguna bacteria del interior de las bolsas de piel de cabra usadas como recipiente de transporte.
El yogur es un producto lácteo que se obtiene mediante la fermentación bacteriana de la leche. Su textura y sabor tan particular provienen de convertirse la lactosa, que es el azúcar natural de la leche, en ácido láctico.
Podemos encontrar yogur elaborado con diferentes tipos de leche, de vaca, de oveja, de cabra, con frutas y de sabores variados como el queso, etc.
En la preparación del yogur están presentes bacterias saludables en la leche, bajo temperaturas y condiciones óptimas, esta bacteria empieza a actuar se inicia el proceso de convertir la lactosa en ácido láctico, por eso, el yogur puede ser consumido por personas con intolerancia a la lactosa.
En el mercado, también podemos encontrar los yogures llamados prebióticos, en los cuales las bacterias están presentes de manera activa, es decir vivas, haciendo más beneficioso su consumo para la dieta cotidiana.
A nivel nutricional el yogur nos provee de proteínas de alta calidad, calcio, vitaminas, minerales y la concentración de grasa depende de la leche de base con que se elabore.
Consumir yogur aporta a nuestro organismo grandes beneficios ya que nos ayuda a reestablecer y mantener la flora bacteriana intestinal sana, fortalece nuestro sistema inmunológico ayudándolo a defenderse contra las infecciones, y reduce el colesterol.
No existe ninguna duda de que el yogur es un alimento equilibrado nutricionalmente, y que debe ser incorporado en la dieta de manera diaria, para así beneficiarnos de todas sus ventajas nutritivas.
Fuente: A Fuego Lento
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